lunes, 15 de diciembre de 2008

la mamma...

Una sonrisa no cuesta nada y da mucho.
Enriquece los que la reciben sin empobrecer a los que la ofrecen.
Sólo dura un instante pero su recuerdo es eterno.
Nadie es tan rico que pueda prescindir de ella ni tan pobre que no pueda ofrecerla.
Es un signo sensible de amistad.
Una sonrisa procura reposo al ser fatigado y anima al más desanimado.
Y si alguna vez usted encuentra a una persona que no le ofrece la sonrisa que usted merece, sea generoso, ofrézcale la suya porque nadie necesita tanto una sonrisa como aquel que no es capaz de ofrecérsela a los demás.

copiado de una paré.

1 comentario:

pirata rata dijo...

Un, dos, tres, chocolate ingles. ¡a la paré!
Bajo el advenimiento de la gran maestra espiritual de la sonrisa, la Gurú de Leyes de Oro, solo puedo añadir:
“Una sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz”