miércoles, 3 de junio de 2009

encontrado en una botella de la memoria...


Miranda García amaba el aspirar.
Todos los días aspiraba algo blanco. A veces trés, a veces trop. También comía cuentitas de colores rellsenas de chocolate.
A Miranda le gustaba a aspirar. Al diablo le gustaba verla en el mar.
Como el demonio teje, un buen día, Miranda terminó toda su mina de aspirar.
Tanto como había tragado por las fosas ansiaba seguir consumiendo.
Así el demonio ke tiene antenas bien abiertas escuchó de la boca fina con sabor a chocolatina:
"Si yo pudiera darle a mi nariz mas rica sal, bebería las olas del mar..."

En un tris, el rojo tentador dio documento para firmar, en un tras Miranda termina por aspirar y se sumerje para siempre a beber las olas del mar.

Y así fué como una adicta a la cara "sal" se volvió sirena y jefa de banco de peces de coloricores...

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