
Ke un tío te pone una espalda así en el final del cogote, tú, toda digna, ni te cagas ensima ni nada
abres los brazos y esperas a ke la brisa del Pomodoro te pegue el vestío.
Así quedas para la postre como la que se entrega a la de la Guadaña pero con buena cara.
El resto, cagonas que se aferran con las uñas que no tienen a la vida.
kizá caminan sin saber sobre el fino hilo del cuchillo de ese Damocles
creyendo que la suerte siempre les guiña un ojo.
pero eso son otras esculturas, y a tí te compré en un chino...
No hay comentarios:
Publicar un comentario