jueves, 19 de marzo de 2009

construnario


Llegó el día. Todos lo comentaron antes. Pero el señor José sintió como nueva la bofetada de viento que a su paso dejó la máquina de ensobrar.
Ya nunca metería un soplo de sustento a la carta que la empresa dirigía al socio 43.5623 incrementando el suplemento del seguro.
No volvería a doblar un beso para enviarlo a la sucursal de Oviedo junto con el escandallo de parentescos de socios.
No señalaría en la casilla de URGENTE con el bolígrafo de los deseos.
Han matado todos los nuevos deseos destinados a los sobres que hoy descansan en la bandeja para mañana.

Esta noche en la que José no duerme, el exensobrador decidirá el nuevo camino.
Mañana el señor José colgará en el tablon de anuncios con chinchetas verdes:

"Se escriben cartas de amor por encargo"