martes, 6 de julio de 2010

No me da la gana


No me da la gana de escribiros un cuento.
Un cuento? Ke cuento?
Uno que empezara con una niña que va por el boske y se pincha con un falo de una avispa muy muy afilado y cae en un trance
con los ojos en blanco y levitaciones intempesivas desde entonces en clase de física?
Uno que terminara con colorin y mil tonos de dorado sobre la piel de un chico que juega al mus en una mesa en la que las patas
son de fierro y la tabla de mármol y los crupiers que comparten baraja son una tortuga varítono de ópera, una cigarra enganchada a la codeína y una avispa con el falo muy muy afilado?
Un cuento?
O quizá uno que tuviera una princesa que no kiere ser reina y sale por las noches a ensifar polvos de pleveyos y gastarse las monedas de oro en un club en el que sólo se juega al pocker si tienes pistola?
Uno de un caballero con larga melena y traje de purpurinas entrando al galope en la oficina de un polígono un medio día de julio?
Esa misma niña de ese posible cuento que no me da la gana de escribir, podría estar limpiando al fondo de la nave de ese polígono en el que entra un corcel al galope montado en un caballo negro, vigoroso...
Resuenan los cascos del caballo en las paredes metálicas y lo comvierten en un ritmo desenfrenado.
- ya me va a manchá tol fregao el mísero caballito...?

Hay niñas que nunca estarán en un cuento de hadas.
Vale. Estarán en los cuentos del nomedalagana.

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