viernes, 22 de octubre de 2010

los hilos que cosieron las calles...

Santi torció sus muñecas hacia arriba. Dentro del servicio. Implorando que la energía que necesitaba bajase hasta allí y se metiera por sus venas.
13 horas, 31 minutos. Es el momento. La llamada perdida le indica que Laga le esta esperando en la pensión de la calle 4 de Agosto.

Laga esta sentada en el borde de la cama. Acaricia levemente sus pezones por encima de la camiseta mientras llama y cuelga.
Santi abre la puerta, deja la luz del baño encendida. Llega a la maquina de bobinado de hilos de algodón. Coge una hebra que esta enroscada ya en la bobina de cartón y la sujeta entre su dedo índice y corazón. Empuja con la mano contraria la puerta de metal, a su paso las gente que trabaja frente a otras máquinas le mira ("DioS!!!! está abandonando su puesto de trabajo")
Llega a la pensión y llama a la puerta. Hasta allí sus pasos marcados por el cordón de hilo.
Abre Santi vestida con unas bragas de algodón azules.
Le coge de la mano y le quita el principio del cordón, que ata a la pata de la cama.
Suspiran, se desnudan. Expulsan aire que huele a café y a rosas y se lamen. Respiran el aire que trae la otra y chupan el bulto que guinda un pezón. Solas las dos y con todas las mariposas de colores en la habitación.
Laga se despereza en la cama con gemidos de niña despeinada mientras Santi la acaricia con las uñas pintadas.

escrito hace muchos años. recordado muchas veces. encontrado por un amigo.se adjunta foto robada



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