viernes, 8 de abril de 2011

la IraCalma


Un pasillo largo.

Un descansillo por el que entra luz natural de la tarde.

Estoy sola en la sala de espera.

Abro la ventana para que entre el aire que me falta.

Entonces aparece la IraCalma.

Tengo miedo pero.

La miro cara a cara.

Tengo el estómago con lágrimas.

Le atravieso con el filo mi eyeliner.

La dejo que vuelva a levantarse para filetearla con mi pestañeo.

No dejaré que hagas crecer mis colmillos.

Dejo el pasillo largo. Jadea en el descansillo por el que cae plomizo el atardecer.

Está sola en la sala de espera.

Dejo que la IraCalma agonice.


Las guerras de dentro cansan tanto...


Ya no tengo miedo aunque sé que como en las películas de miedo, mientras una polilla golpea en el fluorescente de la sala de espera, la que moría junto con el sol, comenzará a mover un dedo...


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