miércoles, 1 de abril de 2009

veneno


hay unos señores muy raros esperando en el ascensor.
hoy volveré a bajar los quince pisos a pie.
No me gusta esa manzana del cesto.
PArece que alguien hubiera insuflado veneno en ella.
Intenta mentirme con su brillo, me guiña con su color.
Salgo de la tienda sin decir adios a la cajera.
Sus dientes parecian gruñirme!
Por fin llego a casa. Mi casa de la calle de la Industria.
El ojo del portero automático pestañea dando el ok de mi contraseña.

Bajo el edredón en el sofá, cerca del televisor, dejo que me acune la voz del magazine.
Aquí esta la calma.

... qué lastima que un cigarro que no me termino prenda la manta que incendie la tele que arde lento en el piso.

Los señores extraños de antes rompen la puerta del piso con una enorme herramienta, mi vecina les ha dado la voz de alarma cuando volvia de trabajar sonriente en el súper, tiene el olfato muy fino.

... que lástima de aquella manzana que no envenenó a nadie...

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