martes, 12 de enero de 2010

aprendiz de perra


Desde el balcón por el ke ahora me asomo sólo kea una silla llena de despecho.
Antes la vestías con tus muslos dorados.
Pero entonces hacía calor.
Antes le colgabas el pañuelo que secó un sudor de reparto de cartas por la gran ciudad.
Pero entonces no llovía.
Antes jugabas con los huecos entre las baldosas entre pitada y pitada de cigarro de recreo.
Pero antes no tenías curiosidad.

El que maneja tu barca decidió que desgastarías las sandalias por otras calles.
Pero entonces no lo sabíamos.
Quizá ya nunca más descansará la cartera en el patio de su tío.
Pero aún sigo asomándome por el balcón de la pensión donde vivo.

Quizá algún día vuelvas, y te sientes de nuevo en la silla llena que de angustia se marchita ahora sobre las baldosas.
Y, quién sabe, quizá ese día, quizá hoy mismo,quizá otro dia o el mismo que aún no ha sido mires hacia arriba y veas que te miro.

Pero eso son otras canciones,,,y las de despechos me inspiran.

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