jueves, 12 de mayo de 2011

abandonándose en saturación

. . Sisean los dos últimos pasos al frenar sobre el polvo en una habitación en penumbra. Antes se oyeron los tacones caminándola. Antes subieron las escaleras desde el sótano. Antes llegaron sin caminar con el vuelco del ascensor bajando en menos uno. Antes aguantaron el invierno.
Antes pensaron que el invierno terminaría.

. . Antes soñaron con el momento en el que llegar frente al ventanal, parar los dos pies siseando al frenar sobre una habitación con polvo, levantar los brazos, con la diestra abrir la manivela, introducir las puntas de los dedos cruzadas unas con las de la otra mano como cremallera, dejar que a bocajarro con bombardeo de brisa suave, explote en mil colores. Sucumbir de primavera.

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