martes, 24 de mayo de 2011

por la mirilla

La noche del sábado dormí en la casa de una desconocida.
Nos prestó así un trozo de su rutina sin verle la cara.
El bote de cepillo de dientes a la izquierda,
la hilera de películas en el salón,
su caja de carboncillos -investigué- luego dibuja
Las paredes en tonos claros.
Prefiere la leche de soja.
Es generosa, nos presta su casa.
...quizá ahora afila sus lápices en el sacapuntas que tiene
enganchado en una estantería.
No hay fotografías .
Caminé por el corto pasillo imaginándola apoyada en la ventana,
creando a la habitante invisible
con la mano izquierda sujetando la cortina,

viendo como los niños juegan en el parque
mientras se hace de noche,

sonando la banda sonora de alguna película antigua,
en la mano derecha su lápiz .

Gracias por prestarme un rato tu vida.

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