martes, 20 de enero de 2009

la dulce Herme



Se arrastra. clava las uñas "rojo chemín" en la tierra. No ve los buitres que rebolotean en el cielo. A sólo tres pasos de ella está Hermelinda. Con los zapatitos de charol granates.
De su boca sale saliva de veneno pero no la piedad que quiere susurrar a Herme.

esa piedad que nunca tuvo.

Hace ahora cinco horas que esas manos "rojo chemín" prepararon un bocadillo de mortadela.
Ahora es tarde para pensar si hace años podría haber empezado con mejor pié con esa niña. Aún así lo piensa mientras jadea hasta la muerte.
Hermelinda vertió Cianuro en el botellín de licor de ponche que la señora de las uñas rojas colocó en la cesta del almuerzo.

que rico dia día de campo! dijo mamá buitre mientras sacudía el ojo de la madrastra en el aire.
si cariño que rico dia de campo! dijo el pequeño buitre mientras él picoteaba en las entrañas.

Hermelinda deshará el camino hasta la casita. Esta noche su papá seguro que le baña dulcemente.

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