el sonido de mis suelas de cartón POR los adoquines me recordó que habia llegado a la plaza del Mercado.
la noche de las ventanas rotas me había dejado un ligero soplo en la cabeza y lengua de estropajo.
me paré en el puesto de las especias. quería Cilantro para Ricardo. mi compañero de habitación realmente el cilantro era en mi beneficio. Su guiso de arroz no es nada sin su toque mágico. Tanteé las monedas del bolsillo estirando mi abrigo negro con hebillas de estilo militar.
- lo siento! - dijo al compás de una nube de paprika.
Entonces la ví. El pimiento molido se coló en mi corazon? Fué aquel picor de ojos fruto de la especia o de que su pelo brillaba como la luz del sol?
Estornudé, tropecé, resbalé. Casi caí. Ella me ayudó a levantar con sus poderosos brazos de amazona.
lo shiento- repitió esta vez en un susurro enganchando la ese. yo entonces no olía su pelo café y fresa. -yo lo siento fatal, puedo hacser algo por ti?-
"puedes morder mi cuello una mañana de domingo, puedes calentar el lado derecho de mi cama, puedes leerme un cuento por teléfono cuando esté de viaje, puedes sacar el sonajero de tu risa y agitarlo junto a mi, puedes comer lo mio y yo contigo, puedes sacar a pasear mis postales? puedes..."
-puedo...puedes... - piensa algo imbécil. algo rápido. - tensé mi abrigo con las manos en los bolsillos. hice palanca con mi sonrisa. "quisiera rozarte con mis yemas los surcos de tu frente..." pero no dije nada. La ví perderse con mis ganas adobadas en pimentón por las calles del mercado.
Al llegar al portal de mi casa vi reflejado el cartel que colgaba de una farola Jinx Adams domadora de caballos del circo Cole Bros.
1 comentario:
Todo esto me huele... ha haberlo ya olido, me memoria olfativa me lleva a esa plaza, a esa domadora de caballos, a las especias... a Muserola.
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