miércoles, 26 de noviembre de 2008

pero yo se que es mentira...

Dicen que nos tiene en la bondad del hueco de sus manos.
Erase una vez un cuento sin palabras. como todos los cuentos, al nacer, creyó que iba a divertir a muchos humanos. Aunque su familia se esforzó en ocultarle la verdad, su primer dia de colegio le tiró todo su déficit de letras a la cara de este pobre cuento.
Triste, con hambre de abrazos y calor de vergüenza llego a su casa.
Su hermana pequeña, todo un cuento de princesas doradas y purpurina, le dijo que se fuera a la fila del Cristo del sagrado Corazón para pedirle consuelo y un puñaito de palabras.
Hasta alli se fué con la merienda en la diestra mano de cuento y se puso en la fila. pasaron las horas, ya solo le faltaba delante un pitufo, un gato con hocico de bola del mundo y un fakir.
Pero en ese momento una niña que pasaba por al lado de la fila, se tropezó, cayó de bruces y lloró infinito. Subiendo la marea de lagrimones, todos los de la fila miraron al cuento para que la consolara. El no sabia que responder! no tenia palabras!!! pero la marea de lagrimas saladas ya mecian a un palmo del suelo a la desconsolada niña. El Cristo guiño un ojo al Cuento y él supo lo que hacer. con la sombra de la farola comenzó unas sombras chinescas que encandilaron a la niña, enreligaron sus sollozos y soltaron a zarpazos la admirancion.
A veces , un cuento, te hace coskillas... en el hueco de la mano...

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